miércoles, 19 de junio de 2013

Yuk Mi

Yuk Mi  restaurante coreano

¡Ya es la semana de la tapa en valencia! Como supongo que mucha gente sabrá, del 30 de mayo al 30 de junio es el certamen "De tapas por Valencia". Una iniciativa a la que se han adherido unos 60 bares de Valencia en la cual cada uno de los locales propone una tapa original a 2,50€ acompañada de un quinto. Al final del certamen serán los votos de la gente lo que determine cual ha sido la mejor tapa.

Nuestros queridos seguidores de Valensushi se preguntarán: "¿Pero eso a mí que leches me importa? ¿Acaso algún restaurante asiático se ha unido? ¡Sois unos vendidos!". 

La respuesta es no, ningún asiático forma parte del evento… ¡¡Pero traemos algo mejor!! Ese algo mejor se llama Yuk Mi

Local

Yuk Mi es un restaurante coreano regentado por una pareja de lo más simpática y peculiar: Kim y Han. 

El restaurante dispone de unas cuantas mesas en el interior pero lo que más nos gusta a nosotros es ponernos en la terracita a la fresca. Se encuentra en una calle poco transitada y justo al lado de un local de medicina tradicional coreana también perteneciente a Kim. ¡Este hombre vale para un roto y un descosido! Es capaz tanto de bordar el pollo al sésamo como de recolocarte la espalda (no necesariamente todo al mismo tiempo, se entiende). Si no tuviéramos la fidelidad que le tenemos a nuestro fisio Ximo, iríamos a que nos pusiera todo el cuerpo a su sitio. 

La promoción

De hecho, a lo largo de nuestro tapeo, conocimos a una paciente de Kim que estaba también allí tomándose una cervecilla. Antes de ir a Kim, se tomaba antiinflamatorios a cascoporro para el dolor de espalda. Después de unas pocas sesiones con él, todo volvió a su sitio y se acabó el medicarse (¿de que me suena esto? ¿eh, Ximo?)

Comida

A lo que nos interesa, que perdemos el hilo. Yuk Mi tiene una oferta que rompe en mil pedazos lo de las tapas por Valencia: ¡Ofrece tercio y tapa coreana por 1,60€! Pero no una tapita roñosa y pequeña, no, no... ¡te sirven una señora tapa! Todas las tapas hechas al momento por ellos y servidas con la mayor de las sonrisas y la amabilidad tan característica de los habitantes de Corea. 

A parte tapear, a Yuk Mi se puede ir a comer y a cenar más como en un restaurante coreano al uso. En este post, no obstante, solo comentaremos nuestra experiencia con las tapas.

Esta vez fuimos con Diego (si es para zampar, este no falla a una). Nos pedimos una ronda cada uno, así que 3 tapas y 3 tercios. El tema es que las tapas están buenísimas, pero paras de pedir porque acabas piripi de tanta cerveza. (nota mental: la bici o el transporte público son buenos para ocasiones como estas).

Cerdo con verduras y sésamo

La primera tapa que nos sacó fue ya de bingo. Llegar y besar el santo. La que más le gusta a Jordi de todas las que ha probado. Se trata de un salteado de cerdo, verduritas (calabacín, cebolla, zanahoria...) y sésamo, con una salsa de soja, que está de muerte. 

¡Esto para empezar!

Mientras le sacábamos fotos para el blog, el cachondo de Kim nos dijo: "No me la copiéis, ¿eh?". ¡Qué más quisiéramos! La verdad es que nos picamos e intentamos averiguar qué tenia de salsa sin éxito. Las verduras más o menos se ve lo que hay pero para las salsas... ahí hay que saber.

Verduras en tempura

La segunda tapa consistió en un platito de tempura, insistimos, recién hecha por Kim, que también estaba riquísima. A Lucía le gustó especialmente. No hay mucho que comentar de este plato, todo el mundo ha probado las verduras en tempura. 

Tempurita rica

Simplemente decir que estaba muy bien realizada: crujiente, no aceitosa... y cocinada al instante. Como siempre, las tapas vienen acompañadas de algún chascarrillo del bueno de Kim.

Tofu con salsa y sésamo

La tercera y última (ya íbamos un poco tocadetes después de tomarnos dos tercios en media hora) fue un tofu frito acompañado de una salsa con sésamo. A Jordi, que no es muy fan del tofu ya que lo encuentra un tanto insípido, le pareció que tenía un sabor y una textura para chuparse los dedos. El tofu estaba como frito y la salsa le daba un regustín a ajo y algo más.

Hasta aquí hemos llegado

Conclusión

Mientras nos terminábamos las birras se hizo la hora de cenar y empezó a llegar gente al local. Para más señas, se trataba de coreanos. Se cumplía así una de nuestras máximas: si hay gente de la región consumiendo es porque tiene que ser bueno. Porque, vamos a ver...¿vosotros iríais a comer paella a un restaurante en Japón sin ser una apuesta a vida o muerte? Pues ahí está el kit de la cuestión: coreanos comiendo en restaurante coreano en el extranjero = calidad asegurada.



Esperamos pronto ir a comer a este local y hacer un post de la carta, ya que, pegándole un vistacin a lo que estaban degustando los comensales del interior y juntando las ganas que nos entraron durante la sesión de tapas....Nos vamos a hacer asiduos!!

martes, 4 de junio de 2013

Hokkaido

Hokkaido

El ir a un japo en París no es la compensación por la traición del Korean Sushi, el viaje estaba en agenda desde hacía tiempo, pero bueno... aceptamos el premio de mi nuevo descubrimiento. Digo “MI nuevo” porque creo que quedan pocos amigos, conocidos, vecinos y enemigos a los que Jordi no haya llevado al Hokkaido.

El ir tantas veces no son manías de ingeniero informático estilo Sheldon Cooper, su asistencia reiterativa se debe a la combinación de calidad y buen precio (o precio de risa comparado con el resto de locales de la capital gala).

Hokkaido

Local

El local es diminuto y está hasta los topes. Glamour lo que se dice glamour... no esperéis. No es que sea cutre, pero como la gente cuando va a París espera que sea todo bonito bonito y romántico hasta el coma hiperglucémico, pues se puede llevar un chasco.

La cocina está al aire, así que puedes ver todo el proceso de preparación de la comida. A mí eso de da horror en un principio. Ver como tienen la cocina y como cocinan hay veces que te tira para atrás. La culpa la tiene Chicote, que ves lo que saca en su programa y piensas, ¡tateeeee, yo de ahí no bebo ni agua embotellada! Por lo cual, he adquirido un ojo crítico que más de una vez me ha hecho salir por la puerta sin ver ni la carta. ¡ESTE NO ES EL CASO! Está todo como tiene que estar: limpio y ordenado.

La dueña nos recibe super simpática y le reclama a Jordi su falta de asistencia en los últimos meses (¡Bien! ¡Salgo con una especie de Melvin Udall pero simpático!).

¿Cómo medir la calidad de un local? Yo no solo me guío por la calidad de la comida, la limpieza del local y el servicio. A mí me gusta que los dueños sean cercanos, que coman lo mismo que me sirven y que tengan clientes fijos. La primera premisa se cumple nada más entramos (rapapolvo a Jordi por su ausencia) la segunda la vemos cuando al staff del restaurante le toca el turno de comer. Y la tercera... uno de nuestros vecinos de mesa resulta ser un español (también exiliado) que argumenta orgulloso ser cliente durante 20 años.

Comida

Como las cantidades son abundantes pedimos un menú y un plato de yakiudon para los dos. Los menús son a 11 euros y llevan 7 gyozas y un bol de ramen (hay varios entre los que elegir) o 5 gyozas y eliges entre chahan, yakisobachukadon y ramen más elaborado.

El resto de platos oscilan entre 8 y 14 euros. En la carta, fuera de menú, puedes encontrar platos típicos japoneses como katsudon, tonkatsu así como el citado y pedido yakiudon.

En el menú no entra la bebida, que está entre los 3 euros de una cerveza o refresco o los 0 euros del agua del grifo ¡Síiii! nota para viajeros: puedes pedir agua del grifo sin ningún problema en este y en cualquier otro local, así que se te puede quedar la cosa barata barata.

Gyozas

Para empezar nos sacaron las gyozas del menú, tostaditas y crujientes, gracias al paso por la sartén. Tenían un relleno fantástico de verduras y carne, sabroso y abundante (¡creo que las mejores que he probado hasta el momento!) e iban acompañadas con salsa de soja y aceite de sésamo. Lo del aceite de sésamo se lo preguntamos a la camarera porque todo era darle vueltas a la aceitera y no lográbamos saber qué era.

Gyozas

Chahan

El arroz chahan, el plato que entraba en el menú, no me convencía mucho. Para mí era como otro arroz tres delicias aburrido, pero luego me acabó gustando bastante (aunque no tanto como el yakiudon).

El chahan lleva: bacon, huevo, cebolla tierna, zanahoria, salsa de soja y un poquito de sake y pimienta entre otras cosas.

Las verduras en su punto (cabe decir que a mí me gustan crujientillas, supongo que mi madre me insistió demasiado con el rollo de las vitaminas cuando era pequeña ;P) y el arroz suelto. Todo en su justa medida. El resultado... tan bueno que te da pena dejarte un grano de arroz en el plato.

Chahan

Quien dice plato dice platerón, porque con la cantidad que ponen pueden comer dos personas perfectamente o comes lo que puedes y te llevas lo que sobra a casa para cenar, como hizo nuestro compañero de mesa que se fue con su señor tupper mas contento que contento.

Yakiudon

El otro plato que elegimos era el yakiudon, unos noodles que me dejaron sin habla. (hasta que no terminé mi parte no le dirigí la palabra a mi acompañante). Llevaba tiempo queriendo comer noodles así, ya que normalmente suelen servir los modelo tallarín plano, como en el yakisoba. Con un grosor como mi dedo meñique (casi 1 cm de diámetro) y acompañados de carne, cebolla, brotes de soja, zanahoria... me volvieron egoísta y no volví a compartir plato hasta que no quedé apunto de explotar.

Yakiudon

Conclusión

No fue una comida con muchos platos para comentar como hemos hecho en otros posts, pero en ocasiones lo breve si es bueno... dos veces bueno ¡y en este caso es buenísimo!

Lo bueno que tiene este local, al igual que la mayoría de los establecimientos donde sirven comidas en el extranjero, es que puedes consumir a cualquier hora. Lo mismo da que sean las 4 de la tarde, ellos te van a atender igual. Esto es algo que echo de menos en España, aquí te dicen que la cocina esta cerrada  o que te esperes a que sea la hora de servir y se quedan mas anchos que largos. ¡Y señor@s! ¡Así no se hace negocio!

Staff Hokkaido

Cuando estábamos terminando de comer, ellos se dispusieron a descansar un poco y comer en la mesa de al lado y, mientras tanto, entró al local otra pareja que fue atendida sin ningún problema. Esta es otra de las cosas que a mí me hacen volver a los sitios. Lástima que pille a tantos kilómetros :(


Valoración

Creo que ya queda poco que decir, si la gente es capaz de ir tantas veces al mismo sitio durante años y al menos una vez a la semana, la valoración mejor no puede ser.

Puntos positivos

  • Ingredientes frescos y buenos. Todo realizado en el momento lo que da mayor calidad a los platos.
  • Precio asequible e increíble para una ciudad tan cara como París. Un menú por 11 euros con el que sales rodando por lo copioso del los platos. Retamos desde aquí a que alguien encuentre uno más barato.
  • Servicio agradable, servicial, atento y te sirven a cualquier hora sin ningún problema.
  • Carta con diversidad de platos, aparecen los ingredientes correspondientes explicados así que es fácil elegir. No hay sushi, así que no vayáis con esa idea.

Puntos negativos

  • Tener que coger un avión para ir a disfrutar de este restaurante no resulta muy económico pero es una recomendación para un futuro viaje.
  • A veces el local está a parir. Si vas con mucha gente (a la española con 5, 6 o más personas para comer) igual tienes problemas para encontrar un sitio. Solución: comer más tarde, a la española también.
  • Seguramente compartirás mesa codo con codo con alguien. Esto es muy típico de los restaurantes en París. Il faut juste s'habituer!


Truco parisino final

Si después de comer en Hokkaido os apetece un café, al girar la esquina se encuentra Cafés San José. Es un local pequeño, íntimo, con una gran selección de cafés e infusiones y con un precio imbatible (1 euro el expresso).

Y nada mejor para terminar con semejante comilona que un buen paseo disfrutando de la ciudad y por qué no, una siesta con vistas.